Emprender la búsqueda de un socio y colaboradores
Uno de los sucesos que puede definir el favorable despegue de una startup o emprendimiento en nivel inicial, es el hecho de poder reunir un buen equipo o como mínimo una buena dupla conductora. Esto sería lograr atraer colaboradores que sean eficientes o bien un socio que desenvuelva un papel clave.
En Argentina, María José Coppari, con más de 17 años de experiencia y como flamante fundadora de Talent Hub HR Consulting, entrega un primer acercamiento a la manera de buscar personas afines: “generalmente cuando alguien quiere comenzar un emprendimiento, ese proyecto es lo más apegado a la pasión o al propósito que tiene. Quizás un trabajo en relación de dependencia puede ir por otro lado, pero un emprendimiento está muy ligado al deseo, entonces, el primer reflejo siempre es ir con gente conocida, porque hay una curva de aprendizaje que está cubierta”.
Sin embargo, advierte sobre ello: “hay un watch out ahí que es el de saber que la amistad no es lo mismo que un negocio, hay veces que el abordaje de negocios con personas que son amigas puede ser complejo, por lo que si se elige ese camino hay que dejar las cosas en claro para no friccionar el vínculo previo”.
¿Qué tener en cuenta al seleccionar un socio o colaborador?
Abandonando el escenario donde el colaborador o socio es un amigo, María José expresa: “lo mejor es ir a buscar una persona que complemente, pero arrancando con un buen análisis de quien aborda el emprendimiento, para saber dónde no es fuerte e ir a por esa complementariedad de roles, que logre mayor eficiencia en procesos posteriores, al igual que distribución de las cargas”.
De todas maneras, previo a ello, detalla un paso fundamental a dar: “siempre hay que validar en primer lugar la alineación con el propósito en común, porque generalmente quien inicia el proyecto está muy conectado con eso, entonces si la persona que lo acompañará no está en la misma sintonía, hay una asimetría en los objetivos y eso termina generando una desconexión”.
Objetivos claros y un proceso de doble vía
Sumando su opinión, Caro Alviarez, quien ostenta un amplio recorrido como Consultora, Mentora y Estratega de Negocios, con base en Panamá, esboza: “es muy importante tener claro el objetivo de la empresa para poder elegir a los colaboradores, que por sus aptitudes, experiencia, aprendizajes, valores y propia actitud puedan contribuir con tales objetivos”.
Sobre esa apreciación, amplía: “muchas empresas cometen el error de elegir basándose únicamente en el Curriculum Vitae a nivel académico y no tienen en cuenta que el ser humano es un ser integral, que llegará a la empresa con todo lo que es a nivel profesional, pero también personal y el reclutador debe estar en conocimiento de eso”.
Además, destaca un factor clave, que de alguna manera responde también a esa línea argumental que marcaba María José, acerca de estar en una misma sintonía: “en cada empresa que elige a una persona para ocupar un cargo, también a su vez es la persona quien está eligiendo a la empresa para satisfacer sus necesidades y desarrollarse a nivel profesional y personal. Esto es un proceso bidireccional, por lo que en ambas partes debe estar muy claro lo que se espera una de la otra”, marca y cierra la idea: “los colaboradores deben estar en línea con los valores de la empresa”.
¿Dónde encuentra un emprendedor a su socio o co-fundador?
Sabiendo que es lo que se necesita, el panorama está más claro, pero todavía falta concretar la acción de seleccionar socios o colaboradores y para eso, es vital saber dónde buscar. “Si estamos buscando un socio de igual distribución de responsabilidades, capital, trabajo, etc., hay una clase de foros adecuados. Si se buscan personas que colaboren con el proyecto, hay otros”, comienza explicando Coppari.
Sea cual sea el tipo de escenario, de todas formas, la Licenciada en Recursos Humanos y Psicóloga Social define: “quien inicia el emprendimiento debería poder explicar de forma concisa y ordenada cuál es el norte, para desde allí descubrir que es lo que necesita para llegar a dicho lugar. Debe poder vender el proyecto a un socio o colaborador y una vez que eso se decanta en una hoja de ruta, siempre habrá foros de emprendedores como Endeavor por ejemplo u otros lugares de networking donde socializar la idea”.
Acorde al análisis de la profesional sudamericana, el socializar la idea “es una virtud poderosa” y, puntualizando en la búsqueda de colaboradores, empleados freelance o el régimen que sea, comenta: “sirve apoyarse en procesos de selección de portales adecuados, así como consultoría externa”. Justamente, esta última opción es la que lleva adelante desde su propio emprendimiento: “acompañamos a muchos emprendedores iniciales que saben que están buscando, pero no tienen idea como decodificarlo o verlo. Fomentamos el mantener esa mente aprendiz, socializar, buscar asesoría, sea rentada o no. Es importante buscar voces que hayan caminado por lugares similares y nutrirse de ellos”.
¿Es necesario buscar colaboradores?
Estrictamente no hay nada obligatorio para poder iniciar un emprendimiento, sin embargo, en la visión de Alviarez, “toda empresa que aspire crecer y tiene dentro de los objetivos expandirse en el mercado, va a tener que elegir y contar con colaboradores”. Sobre esto, la conferencista TEDx agrega: “El cumplimiento del objetivo será más significativo con valores diferenciadores si se trabaja en equipo, la suma de talentos, de conocimientos y de experiencias, dará por resultado un producto inigualable si se compara con trabajar solo”.
Además, aporta otras razones para que el emprendimiento no se quedé atado a una sola figura: “la suma de motivación y de una serie de habilidades, con la creatividad tiende a fluir fácilmente y contribuye con los objetivos del negocio, también en pro de los objetivos personales o profesionales de cada colaborador”.
Partiendo de la base planteada por Caro, la cual reza que “en toda elección hay un riesgo”, una decisión de este tipo puede volverse tediosa si “la elección dependiera de los niveles de exigencia y expectativas". La propietaria de Norte Servicios Integrales detalla: "Siempre que se tengan todas las cartas claras en las manos sobre un requerimiento para el cargo determinado y además se tengan los beneficios a ofrecer, el proceso debe fluir en forma bidireccional. De lo contrario quizás pudiera ser difícil elegir entre uno o varios candidatos que a criterio personal logren cubrir la vacante que esta en juego en ese momento".
“No hay talle único”
“El perfil perfecto, es el perfil concreto para determinado cliente, no hay algo genérico”, responde María José y deja en claro su postura. “Se trabaja mucho en decodificar el ADN de la persona que lo necesita, que es lo que marca con quien machearía bien, cuáles son los desafíos que le esperan a quien tome el rol”, dice y luego señala: “No va tanto por lo técnico tampoco, sino buscar perfiles que encajen en momentos y en personas particulares, es un acompañamiento singular, no hay talle único”.
Compartir el liderazgo
¿Acaso todos los que emprenden con idea propia pueden ser líderes de su propio proyecto? La incógnita parte justamente desde esa necesidad de buscar, o no, un socio y colaboradores que asuman responsabilidad. En el caso de Caro Alviarez, su lectura establece: “la estructura vertical cada vez irá desapareciendo más de las empresas, ya que el logro de los objetivos se dará trabajando en crear estructuras horizontales, colaborativas y sumando talentos que quizás el líder por cargo solo no tendría todo lo que requiere el proyecto”.
Asimismo, la experimentada consultora refiere: “Ser líder no es ser jefe, no es el cargo, eso es la vieja escuela que quizás en su momento funcionaba o no, pero actualmente estas estructuras con protocolos cerrados no llevan a las empresas a triunfar frente a las continuas demandas de un mercado cada vez más dinámico”.
María José Coppari también tiene su respuesta: “todos tenemos potencial en mayor o menor medida para ser líderes, aunque la cuestión son las probabilidades que hay de poder desarrollar ese potencial y más aún el interés en hacerlo”. Con la misma sensación, complementa y concluye: “hay que distinguir entre liderazgo técnico, de proyecto o humano. Antes estaba la tendencia de que el líder era todo, un concepto imposible de aterrizar y yo soy muy enemiga de los talles universales, ósea ¿líder para que, para quien y en que contexto? A partir de ahí se sigue”.