Un antiguo dilema: ¿más dinero o un trabajo feliz?
Una disyuntiva que ha perseguido a las personas de la era moderna, porque se trata de dos cuestiones elementales, que muchas veces pueden ser compatibles, pero que no necesariamente son complementarias. Hablamos de la satisfacción y el dinero, lo material y lo espiritual, aquello que se ve, se toca y eso otro que es intangible. Cualquiera que pueda reunir esas cualidades en un trabajo, sin dudas habrá ganado la pulseada.
¿Pero qué ocurre cuando no se logra ese nexo? porque realmente es difícil resolver el dilema de si conviene trabajar en algo que no es del gusto o agrado personal, incluso hasta que cueste hacerlo, en donde lo único valedero es la paga, o bien un empleo donde lo primordial pasa por la realización personal, la alegría de cumplir con tareas que a uno lo llenan, aunque el dinero que se perciba no sea mucho.
La motivación
Hay estudios al respecto, que hablan de que las ocupaciones que producen más satisfacción son aquellas en las que se da un grado de realización personal, naturalmente, basándose en el valor que tienen las actividades que se llevan a cabo. Es decir, al sentirse una persona valiosa en su desempeño, así como logrando impactar de forma positiva en el entorno (cualquiera sea), es más probable que haya una sensación de gozo.
Expertos calculan que la motivación que otorga un aumento de sueldo perdura alrededor de tres meses, por lo cual no se trata claramente de un incentivo a largo plazo, ni una garantía para conseguir sentirse realizado en un empleo. Por otro lado, un experimento social de la Universidad de Princeton aseveró que en el punto en que los ingresos anuales de una persona superan la barrera de 75.000 dólares, no hay mayores variables en cuestiones de felicidad, estrés, goce o frustración, entendiendo así que el generar riqueza termina por volcar la balanza en un punto, sin interferir la actividad que se haga.
El valor de saber dominar el dinero
Un factor crucial en la decisión, es la forma de relacionarse con el dinero. El modo en que una persona dispone de este elemento, puede simplificar la resolución del dilema, ya que si a menor ingreso se genera un mayor usufructo, la necesidad de volcarse a una práctica que no sea la deseada no pesará tanto, así como si hay mal manejo del dinero, también eso llevará a caer en actividades que no son preferidas, por el simple hecho de tener que generar ingresos.
Un autor de varios best sellers y conferencista experto en esta área es Dan Lok, empresario nacido en Hong Kong, formado en Canadá y que a través de su experiencia ha compartido distintas enseñanzas y una de ellas es que: “debes tener un punto de vista diferente en relación al dinero. Uno de los cambios más poderosos que se pueden hacer es dejar de pensar en que se puede gastar o que comprar, para comenzar a pensar que se puede ganar con dinero”.
El creador de multiples programas y contenido para educación emprendedora, especialista en ventas, profundiza diciendo: “hay que pensar en el dinero como una gallina de huevos de oro, porque cuando se gasta, eso se va, luego necesitas ganar más para reemplazarlo, en cambio si piensas en lo que puedes ganar con el dinero, cambiarás tu mente y forma de verlo”, acerca de las posibilidades que hay de capitalizar esas ganancias.
Maximizar las ganancias en favor de hacer lo que quiero
Lok advierte sobre la importancia que tiene modificar el mindset en torno al dinero, pero además adquirir conocimiento con el: “cómo usarías 100 dólares para crear más, y no creas que agregar más dinero a la ecuación resolverá el problema, si no sabes usar U$s100 sabiamente, ¿que te hace pensar que sabrás usar 1000 o 10.000 dólares?”. Con esto, Dan de alguna manera entrega una respuesta a la dicotomía de “dinero o trabajo feliz”, ya que resalta la importancia de tener una formación y una mirada alterna sobre la riqueza, no solo como una moneda de cambio.
De hecho, siguiendo esa línea, afirma: “el mundo está lleno de atletas, médicos, empresarios y profesionales de altos ingresos que ganan mucho dinero y, sin embargo, están en la quiebra porque tienen una visión equivocada del dinero. Eso causa el problema, no es el dinero en sí, sino el punto de vista sobre el”.
Cambio de época: una respuesta generacional
Aun con todo el análisis posible, la respuesta a la incógnita que se plantea en este artículo siempre terminará siendo subjetiva, atravesada por los aspectos personales de cada ser y que lo llevan a tomar uno u otro camino. Sin embargo, es válido decir que los cambios de paradigma que han ocurrido en el último tiempo, le dan la ventaja al bienestar personal por sobre la ganancia mayoritaria de dinero.
Esto no quiere decir que la gente busque ganar menos, pero sí que el foco de los talentos está puesto en ofertas que excedan al monto y números finales del sueldo. Los jóvenes priorizan la flexibilidad, la comodidad, las capacidades de crecimiento y el entorno sano, es decir libre de malos tratos y exigencias que invadan su vida personal. ¿Dinero o gusto? a tu criterio.